jueves, 6 de febrero de 2014

Saber leer es concluir algo nuevo



SABER LEER ES COMPRENDER


“la lectura es el puerto por el cual ingresan la mayor parte de los conocimientos, la puerta cognitiva privilegiada”. Miguel de Zubiría Samper”



Por Héctor Salinas Castellanos
Especialista en Comunicación 
Docente UPTC
hector.salinas@uptc.edu.co



De cada cien estudiantes sólo cinco comprenden lo que leen. Así lo revela Gladys Stella López, autora del libro "La lectura Estrategias de Comprensión de textos" tras señalar que todo se debe a que la enseñanza de la lectura en los colegios se ha convertido en un acto mecánico y de decodificación, de reproducción oral de signos escritos, reduciendo la lectura sólo a la recuperación memorística de la información de un texto, sin que haya comprensión de lo leído.



La dificultad en la comprensión de textos impide desarrollar los procesos de aprendizaje durante los primeros semestres de la carrera y se convierten en obstáculos muy serios para asimilación de conceptos y categorías científicas.


No saber interpretar los textos incide en unas marcadas deficiencias cognitivas y en la nula competencia argumental que impide que los estudiantes se proyecten con éxito profesional.

Los estudiantes que ingresan a la universidad quieren "aprender" las cosas de manera rápida, fácil y sin esfuerzo. Para ellos el docente debe ser un facilitador. Por eso creen que el buen docente es aquel que les entrega todo "molido" y que les ahorra la tarea de pensar, investigar por sí mismos. Pero olvidan que quién práctica el oficio de pensar crea, determina inteligente y consecuentemente una ética de pensamiento.

En tal sentido los procesos de argumentación e interpretación son fundamentales y sin ellos es impensable desarrollar investigación en la universidad. 

La universidad debe enseñar el oficio del pensar, es decir, formar la conciencia política de sus estudiantes y promover la participación ciudadana en todos los frentes de la vida nacional. 

No se puede concebir ningún aprendizaje o conocimiento sin la presencia de la lectura. La lectura no solo nos abre las puertas al conocimiento, sino que nos permite desarrollar nuestro intelecto. 


Pensar el texto como instrumento del conocimiento es una propuesta pedagógica que brinda a los jóvenes universitarios instrumentos en los procesos de acompañamiento de la lectura y la producción de textos, busca entre otras, el desarrollo del pensamiento complejo. En tal sentido durante los primeros cuatro semestres el énfasis debe ser: pensar con claridad, leer, comprender, interpretar, argumentar coherente y consistentemente, desarrollar la lectura y la escritura proposicional.


Los materiales escritos (libros, textos, artículos, ensayos, módulos, manuales, etc.), son el medio más empleado en todas las culturas para la adquisición de los conocimientos. Por tal razón, la lectura es el medio principal para estudiar y formar intelectuales. Ahora bien, la comprensión es un proceso personal que implica unas habilidades, unos procesos y unas competencias.


El reto de la lectura es saber enfrentar el texto y ganar la batalla de la comprensión, obteniendo el gozo de expresar lo que hemos entendido, comprendido, captado sus tesis y los mensajes que el escrito quiere comunicarme.


El secreto de escribir bien está en poder plasmar un texto de tal forma que todas las personas que lo lean, lo puedan interpretar en el mismo sentido en que lo concibió el autor.

La lectura es un proceso que lleva implícito muchos aspectos como los que enunciaré y explicaré más adelante.


Leer bien un texto es comprenderlo.





La lectura y la escritura son dos actividades estrechamente relacionadas en las que cada una de ellas tiene que ver con la otra. No puede existir una sin la otra. La lectura es el instrumento más poderoso para adquirir conocimiento. Es la mayor fuente para proveer saber e información de diverso tipo. Para el aprendizaje, es vital. 

Leer y escribir, significa lo mismo: Pensar; el pensamiento vive a través de las palabras; El desarrollo del pensamiento está determinado por las palabras.

En el proceso de enseñanza – aprendizaje, está implícito el lenguaje, mediante el cual nos comunicamos. 

La competencia lectora, está dada en la capacidad para producir, y socializar textos descriptivos, narrativos y argumentativos. El buen lector se concentra en el tema para encontrarle el sentido, tiene los conocimientos para entender, logra identificar la idea general y sabe establecer la diferencia entre las ideas principales y las secundarias. 





Leer es abrir las puertas a la imaginación; permite que esos mundos soñados por los escritores nos entreguen todos sus secretos. Leer es un ejercicio de comprensión y de creación.





Leer supone mucha más actividad creadora que presenciar una obra de teatro o ver una película. 

Leer es mucho más que reconocer sílabas y palabras; por eso siempre que leamos debe haber una actitud crítica de permanente interacción con el autor del texto. 

El aprendizaje lingüístico no debe orientarse de forma exclusiva al conocimiento, a veces efímero, de los aspectos sintácticos de una lengua. Debe orientarse a la mejora del uso oral y escrito. En la enseñanza de la escritura, debe darse un enfoque más comunicativo que gramatical.






Las inferencias son el alma del proceso de compresión y por lo tanto en toda lectura debemos deducir, formular, preguntar, plantear hipótesis, crear e imaginar. 



Dentro de las causas que se han detectado en estudiantes y personas que experimentan grandes dificultades en la interpretación de una producción escrita, está la falta de concentración; el desconocimiento de palabras; la incapacidad para identificar el contexto; la falta de conocimientos para profundizar e interpretar lo leído; la poca habilidad para establecer el sentido global del texto; el poco interés en la lectura; la falta de destreza para distinguir las ideas principales de las secundarias; las deficiencias para expresar con palabras lo leído; la poca agilidad para abstraer y para sintetizar; la falta de conocimiento para diferenciar estilos discursivos –es decir- para saber distinguir entre una crónica, una información, un ensayo, una crítica, un análisis, una noticia, una opinión, un reportaje, una novela y  una noticia.


RECOMENDACIONES  PARA   MEJORAR  LA  COMPRENSIÓN  LECTORA


         
  • Activar conocimientos previos acerca del tema que se va a leer




  • Establecer claramente qué es lo que se quiere saber o conocer







  • Hacer una pre lectura muy rápida acerca del autor; el año en el que fue escrito; el índice o tabla de contenidos, comentarios editoriales, etc.
  • Observar las partes del texto, partes, capítulos, títulos, subtítulos.


  •  Establecer el tipo de texto; es decir si es un ensayo, una novela, una crónica, un escrito científico, una opinión, una tesis, una noticia, un análisis, etc.

  •  Identificar la idea central del texto a partir del título y de la lectura de los   primeros párrafos, capítulos, títulos y subtítulos.




  • Verificar esta idea a través de la localización de palabras claves que la confirmen.  Las palabras  claves, por lo general se relacionan con el tema central del escrito y aportan orientaciones valiosas.

  • Averiguar el significado de los términos desconocidos
  •  Hacer una lista de las ideas que consideremos más importantes.
  • Seleccionar algunas de ellas con el tema central o el título del escrito.




  • Tener muy en cuenta las ideas secundarias ya que éstas refuerzan las ideas principales.  Las ideas secundarias juegan un papel importante porque dan sentido a las ideas secundarias y ofrecen un gran contenido semántico. Las ideas secundarias dan los detalles del asunto del párrafo, justifican, explican, detallan o ejemplifican lo dicho en la principal.
  • Analizar el conjunto de ideas principales y su relación con la idea central, las partes que lo conforman, cómo y para qué se relacionan entre sí.

  •  Ideas secundarias. Dan los detalles del asunto del párrafo, justifican, explican, detallan o ejemplifican lo dicho en la principal.


  •  Hacer una lectura por párrafos: Si no se entiende en primera instancia, relacionar lo que se perciba con la idea central pre establecida como resultado de la pre lectura y con nuestros conocimientos previos.
  •  La elaboración de un mapa conceptual nos muestra las relaciones entre las ideas principales y las secundarias de un modo amplio. Éstos acentúan visualmente tanto las relaciones jerárquicas entre conceptos y proposiciones.
  • Parafrasear. Expresar con sus propias palabras lo que se ha entendido del tema.   

  • Formularse el mayor número de preguntas acerca del tema. Esto le ayudará no solo a generar su propio interés por la lectura sino a establecer qué sabe, que habrá hecho falta del tema, que sobra y sobre todo cual puede ser su aporte.
  • Establecer el contexto del escrito; es decir el aspecto desde el cual se aborda el tema; las circunstancias de índole social, cultural, histórica y en fin, todo tipo de relación con el tema, su incidencia y su significado.
  • Con base en lo asimilado trate  de establecer el propósito del autor ya que esto le  ayuda mucho ubicarse en el contexto lo cual le facilitará la comprensión del escrito.


  • Es muy productivo hacer resúmenes de lo que se vaya comprendiendo del texto.





  • Compare y contraste los conocimientos adquiridos con los conceptos nuevos que vaya adquiriendo, esto le permitirá ir construyendo nuevos conocimientos.
  •  Despeje dudas de todo tipo, no solo semánticas o de significado, sino de contenido.
  • Es recomendable leer el fragmento o los párrafos del texto cuantas veces sea necesario hasta entenderlo claramente; pues hay que determinar donde está la dificultad para comprenderlo. Mientras no aclaremos cualquier duda, no lo podremos interpretar.

.




  • Tener muy clara la diferencia entre un texto simbólico y un texto literal. Los textos simbólicos cambian su significado según el contexto.





  • Separar las opiniones de las ideas. No es lo mismo una posición personal que una idea bien expuesta y soportada en hechos comprobables.

  • Diferenciar entre lo general y lo específico. En todas las disciplinas del saber y en todos los acontecimientos de la vida, existen una diversidad de temas alrededor de los cuales hay un eje central alrededor del cual giran muchas cosas. En los textos ocurre lo mismo, hay  temas con variados enfoques, perspectivas y contexto. Hay ideas muy importantes, pero estás dependen de otras que tienen mayor dimensión.

  • Abstraer; crear una síntesis mental de los aspectos básicos del texto con propósito de comprenderlo en su esencia.
  • Imaginarse lo que viene ayuda en buena medida a generar expectativa y a compenetrarse con el tema.

  • Concéntrese para no salirse de contexto, ni alejarse de la realidad del tema.

  • No memorizar; es decir no gravarse los conceptos literalmente.


  • Auto evaluar lo aprendido. Preguntarse ¿Qué he aprendido o qué he aprendido?

  • Interactuar con el texto
  • Desarrollar nuevas  ideas y conceptos a lo largo de la lectura

    • Inferir o deducir es un ejercicio muy recomendado por los especialistas de la comprensión textual. No es suponer, sino coincidir con eso que va a pasar dentro de una historia. Con toda razón se indica que la inferencia es el alma de la comprensión.
    • El subrayado, es una buena forma de resaltar las ideas más importantes: Las principales deben ir resaltadas con un color o un tipo de línea, que lo diferencie de las ideas secundarias o complementarias. 

    • Analizar la estructura del texto, es decir, el conjunto de conexiones organizadas,  elementos relacionados en un todo. En un texto, hay elementos: introducción, desarrollo y conclusión y están organizados y relacionados. Una buena estructura es aquella que está concebida como un todo; una unidad cuyos componentes o elementos están dispuestos de una manera determinada, donde el todo es mayor que la suma de sus partes.

    • Introducción: Contiene el propósito del autor, los antecedentes o circunstancia  de lo escrito, la tesis o idea central y su alcance.

    • Desarrollo: Es el elemento fundamental del escrito en el cual se argumenta y se explica la idea concreta expresada en la introducción. El autor amplía su tesis introductoria, utilizando párrafos que guarden estrecha relación con esa idea concreta o tesis, lo cual permite al mensaje llegar al lector con precisión y claridad.

    • Conclusión. Se hace un refuerzo de los aspectos más importantes de su tesis o idea concreta. El autor puede expresar recomendaciones específicas y propuestas que considere de utilidad para el lector como reflexión.







    No hay comentarios:

    Publicar un comentario